miércoles, 18 de febrero de 2009

Universo

La puerta del placard se abre por el viento, con un golpe violento, seco. Temo por ella, con tristeza, como quien se encariña con sus cosas sin vida, pensando que el tiempo crea sentimientos profundos que no siempre son correspondidos. Mientras cierro la ventana con firmeza, miro al vacío que hoy es menos infinito, los limites del universo parecen encontrarse allí cerca. No hay mucho mas misterio, me temo, el camino esta trazado.

Con un ligero dolor de cabeza y la agonía del sueño y la humedad, me levanto con mis brazos, tratando de encontrarme a mi mismo en ese extenso pasillo. Mis piernas tiemblan, toda mi estructura amenaza con desmoronarse. Quiero abrir los ojos para despertar, pero ya están abiertos. Las cosas están fuera de su lugar, y me duele en el pecho; no quiero traicionarlos pero lo haría si pudiera. Si no fuera esclavo de mis obligaciones, si no me impusiera esos miedos a salirme del lugar. Sin temor, el pasillo no seria tan extenso. Sin temor, no podría ver los limites de mi universo.

Me siento a la mesa con la mirada perdida, quiero ver dentro de mi cabeza pero me duelen los ojos, el brillo del día y lo opaco de mis pupilas lo tiñen todo, esas texturas me lastiman y el sonido incesante sigue sonando en mis oídos, la música que me acompaña, que aturde mis pensamientos.

Un vigilante en el marco de la puerta, quiere mirarme con desdén, pero lo hace con cariño, realmente lo siente. Descubro que mis convicciones, mi falta de lucha y rebeldía, se corresponden con la eterna convicción que tienen de que yo sea salvado. La corrupción de mi mente ha llegado en edad temprana, y aunque es tarde para salvarme, me entrego a esa voluntad, mayor que la mía, me entrego por sus sonrisas, por saber que en alegría y en paz puede ahorrarla a alguien los tormentos que yo padezco, la vida en uno, ser uno solo, ser solo entre esta multitud. Muchas personas y un universo tan pequeño. Casi no queda lugar, me falta el aire, y aun así, nuevamente, me lanzo hacia aquello que me han puesto adelante. Hacia lo desconocido.

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