lunes, 20 de julio de 2009

Desenlace

Sus ojos recorrieron aquella habitación, donde había cometido todos sus pecados. Encerró la rabia y el dolor con el gastado picaporte, recordó aquellas fantasías costumbristas y la gloria que nunca había obtenido, su pasado torpe y la sensación de incredulidad; recordó que su vida había llegado al punto que jamás había pensado, la carne no era la felicidad y sus metas eran como siempre las mas imposibles. Razones para contentarse bastaban; pero aún así las falsas señales recorrían su mente, aun podía alcanzarlo, no debía resignarse. ¿Que encontraría al abrir la puerta? ¿Como sería una vez más conseguir todo aquello que tanto había querido? Rafael sabia que aun en sus conquistas encontraba sus peores derrotas. Toda su vida había anhelado aquello que mas odiaba. Toda su vida solo había sido feliz en los momentos que no había buscado. Las mejores sorpresas eran contra todo lo que él atentaba en este momento.

Los ruidos lejanos y familiares, las imágenes ya vistas una y otra vez, el recuerdo de la primera impresión para impresionar, y la primera en el real recuerdo, los sentimientos encontrados y los errores cometidos, ¿como podía ser tan simple y al mismo tiempo tan destructivo? Una sonrisa se escapaba de sus labios, los buenos momentos vividos aun grabados en su memoria, esos que no le permitían soltarse definitivamente. De nada valía seguir intentando, de nada servia chocar una y otra vez contra el mismo desenlace; los consejos que pregonaba lo consumían, buscaba esa atención y no encontraba su mirada, quería alcanzarlo con sus brazos y volvía a escabullirse. Tan cerca y mas lejos que nunca. Tenerlo a su lado y saberlo perdido para siempre.

Las lagrimas se alojaban en algún lugar del interior de Rafael. Habría tiempo para el melodrama mas tarde, acompañado por una música indiferente, que hoy parecía mas relevante que nunca. Las nuevas sensaciones próximas y las resoluciones de año nuevo de todos los días amenazaban el futuro amanecer, como obligado a repetirse y conformarse con todo aquello que era bueno, pero no lo buscado. La simplicidad de saber lo que uno quiere se transforma en aberración por aquello que no podemos tener. Tantas veces había sido un objeto de deseo; la impotencia lo invadía y quería descifrar los acertijos no escritos. ¿Como leer una voz, una mirada, un gesto? ¿Como leer donde no dice nada? ¿Como entender palabras que no han sido escritas? Las lagrimas corrían por el interior de Rafael, su miseria se extendía a su cuerpo, su sonrisa se dibuja mecánicamente, era un gran artista de la vida, y preparaba todos los días su mejor papel.

El desenlace del comienzo, la introducción del final, todos los errores y el sometimiento absoluto. Otra noche de Domingo. Otro paso en falso. Otro tiempo perdido.