viernes, 17 de agosto de 2007

Señales

Mire por sobre el escritorio, tratando de encontrar señales que me delataran, señales de mis encuentros furtivos, encuentros que me llevan mas allá, del otro lado de lo real, me arrojan a un vacío de éxtasis, que es un placer de segundos, vicio por el que me desvivo, vicio que me entierra y me hace sucumbir, encantos de mi propia persona, hechizo narcisista que busca elevar el espíritu, cuanto deseo reprimido.

Me he preguntado muchas veces que será lo mas importante en este mundo, que tan poco parece valorar las cosas como son; a nadie le importaría salir a la calle y encontrar esas imágenes que no me dejan dormir. No es mi pasado o el temor por el futuro, son simples recuerdos que no me dejan avanzar; me aíslo para imaginar los gritos que resuenan en mi mente, gritos de un instante, de sujetos sin rostro, que desde la esquina de su oscuridad infinita me maldicen sin mirarme, no tienen con que mirarme; me asusto y grito, y la sangre empieza a brotar, es negra, me toma por los pies y grito, me lleva consigo, mi mente esta en llamas mientras escribo, recorre mi cuerpo, mi cuello, es como un fantasma, en el reflejo; siento que lo invoco y me da miedo, siento que la vida se cierra al momento clave, comienzan los ruidos y siento que me puede ver; sale de donde se esconde, y el monstruo del ropero no es mas que mis propios temores; soy yo nuevamente tratando de buscar señales que me delaten; soy yo gritando y maldiciendo en silencio, preguntándome una vez mas por que lo he hecho; sometiéndome a mis propios encantos de la vida. Que egoísta, que maldición.

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